Miércoles, 24 de abril

 ¡Gracias por María!

Una mujer, como las demás,

una mujer casada que ha vivido

y compartido el amor del esposo en el hogar!


¡Gracias por María!

Una mujer que ha conocido, como nosotros, la dificultad de creer,

pero que, cuando ha sido necesario,

se ha atrevido a decir sí a Dios sin pensar demasiado.


¡Gracias por María!

Una madre, que como todas las madres

ha sufrido cuando el niño ha cogido frío

o el chico no ha vuelto a casa a la hora que se había quedado.


¡Gracias por María!

Una madre que ha aceptado no ser la única

ni la primera en el corazón de su hijo.


¡Gracias por María!

Una mujer valiente que ha apoyado al hijo ultrajado y ejecutado,

derecha al pie de la cruz.


¡Gracias por María!

En manos del Espíritu desde la concepción

y que esperó, con los apóstoles, orando,

su manifestación prodigiosa el día de Pentecostés.


¡Gracias por María!

Constantemente invocada en la oración de los cristianos,

porque ella conoce el camino de llegar al corazón de Dios.


¡Gracias por María!

Durante siglos, abogada de los sencillos y pequeños.


¡Gracias por María!

Que vive plenamente en el mundo de Dios

la gloria prometida a todos los que creen.


¡María, bendita entre todas las mujeres!

Y bendito el fruto de su vientre, Jesús.

Amén