Miércoles, 17 de abril

María,

sé el cabezal de todos los enfermos del mundo:

del que en esa hora han perdido el conocimiento y van a morir,

de los que han comenzado la agonía,

de quienes han perdido toda esperanza de curarse,

de los que gritan y lloran de dolor,

de quienes no tienen asistencia por falta de dinero,

de los que quisieran andar y deben permanecer inmóviles,

de quienes deberían acostarse y la miseria les obliga a trabajar,

de quienes en la cama buscan en vano una postura menos dolorosa;

de quienes pasan largas noches sin poder dormir,

de quienes se encuentran torturados por las preocupaciones de una familia necesitada,

de quienes deben renunciar a los más queridos proyectos del futuro,

de aquellos, sobre todo, que no creen en una vida mejor,

de los que se sublevan y maldicen a Dios,

de quienes no saben que Cristo ha sufrido como ellos y por ellos.

María, estar ahí a su lado.

y dales consuelo, amor y cariño.