María,
madre de Jesús y madre nuestra,
en Ti, los hombres hemos encontrado a Dios;
en Ti, Dios se ha unido para siempre a los hombres;
en Ti, se realiza la salvación de la humanidad;
en Ti y por Ti, la vida eterna
es una realidad permanente.
Gracias por su “SÍ” valiente y decidido;
gracias por su confianza en Dios;
gracias por su disponibilidad salvadora.
Dad Jesús, su hijo, a la humanidad
aunque muchos no le reconozcan como madre
y queden indiferentes a la presencia de su hijo.
¡Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros!