Lunes, 11 de marzo

 


Cuarta semana de CUARESMA

«Jesús se fue de Samaría hacia Galilea»

Texto del Evangelio (Jn 4,43-50):

En aquel tiempo, Jesús se fue de Samaría hacia Galilea. Él mismo había asegurado que un profeta no recibe ningún honor en su pueblo. Así pues, cuando llegó a Galilea, los galileos le acogieron, porque ellos también habían ido a la fiesta en Jerusalén y habían visto todo lo que Jesús había hecho en aquella ocasión. Regresó, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.

En Cafarnaún había un funcionario real que tenía el hijo enfermo. Cuando oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a encontrarle y le pidió que bajara a curar a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le dijo: «Si no ve señales y prodigios, no cree». El funcionario le contestó: «Señor, ¡baja antes de que se muera mi hijo!». Jesús le dijo: «Ve, que tu hijo vive».

REFLEXIÓN:

Lo que llama la atención de este milagro es que Jesús actúa a distancia, no acude a Cafarnaún para curar directamente al enfermo, sino que sin moverse de Caná hace posible la curación: «El funcionario le dijo: 'Señor, baja antes ¡no se muera mi hijo!'. Jesús le dijo: 'Ve, que tu hijo vive'» (Jn 4,49.50).

Esto nos recuerda a todos nosotros que podemos hacer muy bien a distancia, es decir, sin tener que hacernos presentes en el sitio donde se nos pide nuestra generosidad. Así, por ejemplo, ayudamos al Tercer Mundo colaborando con el proyecto SOM sin que tengamos que pisar sus calles. O incluso podemos dar una alegría a mucha gente que está muy distante de nosotros con una llamada de teléfono, una carta o un correo electrónico.

Muchas veces nos excusamos de hacer el bien, porque no tenemos posibilidades de hacernos físicamente presentes en los lugares donde hay necesidades urgentes. Jesús no se excusó porque no estaba en Cafarnaún, sino que obró el milagro.

La distancia no es ningún problema para ser generoso, porque la generosidad sale del corazón y traspasa todas las fronteras. Como diría san Agustín: «El que tiene caridad en su corazón, siempre encuentra algo que dar».