Lunes, 15 de enero

 Escuchemos las palabras de Jesús en el Evangelio según San Marcos (Mc 2, 18.22):

 En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:

«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».

Jesús les contesta:

«¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras el novio está con ellos, no pueden ayunar.

Llegarán días en que les arrebatarán al novio, y entonces ayunarán en aquel día.

Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor.

Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».

  Jesús nos invita a acoger lo nuevo, la Buena Noticia, sin dejarnos esclavizar por lo viejo, por tradiciones y costumbres que a veces nos impiden crecer. Y también nos llama a la alegría, a celebrar esa novedad que salva y lleva a la vida verdadera.