En esta Cuaresma nos acordamos de cómo todavía hoy existen mujeres y hombres y también niños explotados por otros hombres, que ven pisoteada su dignidad de seres humanos.
Abre mis ojos, Señor, libra mis ojos de la indiferencia, que sepa indignarme con la opresión de mis hermanos, rezar por ellos y ayudarles en la medida que pueda.