Iniciamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sonrisas diferentes
A lo largo de las diferentes épocas de nuestra historia hemos ido forjando culturas, lenguas, costumbres y valores diversos en todo el mundo. Ante esta realidad, parece inevitable hacernos una pregunta, ¿por qué lo diferente a menudo nos asusta? Si la diversidad cultural nos aporta aprendizaje, nuevos puntos de vista y riqueza emocional. ¿Cómo podemos reconciliarnos con lo desconocido?
Los diferentes idiomas, las distintas culturas, nos abren la posibilidad de un aprendizaje inmenso hacia cosas que ni hubiéramos imaginado conocer. ¿Te imaginas descubrir que no eres tan diferente de los demás? ¿averiguar que tu ADN está compuesto de muchas procedencias dispares? En realidad, no somos tan diferentes de los demás, tenemos muchas más cosas en común de lo que imaginamos.
“Nuestros orígenes no son tan diferentes, porque en lo esencial, sólo somos un ser humano intentando conectar con otro ser humano”.
Puede ser fácil encasillar a las personas.
Veamos el vídeo:
