Lunes, 31 de octubre de 2022


Buenos días, vamos a comenzar la oración de la mañana, pero antes:

Vamos a guardar silencio, comenzamos a respirar tranquilamente, sentimos nuestra respiración, somos capaces de olvidarnos de todo lo demás.

Somos conscientes de nosotros mismos y que ahora, Dios está con nosotros. Miramos a nuestro alrededor y damos las gracias por compartir el día de hoy con nuestros compañeros.


Comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Orar siempre. La oración tiene también una finalidad terapéutica, ayuda a la resiliencia moral y psicológica; orar es un ejercicio que sana interiormente, mantiene con signos de vida y calor el alma perturbada, inquieta, deprimida y triste; por eso Jesús habla de “orar siempre y no desanimarse”. Lo importante es orar, no cejar en ese empeño, pues no se puede orar vanamente. A orar se aprende orando.

Nuestra oración no ha de esperar del Señor más que aquello que realmente necesitamos. Verás como el Señor no defrauda a quien confía en Él.

Terminamos nuestra oración “orando” con la escucha activa de esta canción, porque el que canta a Dios, ora por dos veces.