Hazte consciente del momento en el que te encuentras, del día en el que estamos.
Lo importante ahora eres tú y este ratito con Dios.
REFLEXIÓN
Durante un par de minutos y en silencio, vamos a mirar esta ilustración.
Piensa en todo lo que te sugiere al verla: colores, formas, sentimientos, sonidos...
Reflexionamos interiormente:
Y tu madre, ¿de qué es motor en tu vida o en tu casa?
¿Qué acciones asume ella que te ayudan a vivir más fácilmente?
ORACIÓN
Después de unos minutos de oración personal, nos comprometemos a cuando lleguemos a casa, abrazar a nuestra madre y decirle cuánto la queremos, y lo agradecidos que estamos por todo lo que hace por nosotros.
Madre del Divino Pastor: RUEGA POR NOSOTROS.