Al principio de la mañana nos situamos, guardamos silencio tanto exterior como interior.
Nos ponemos en presencia de María Buena Madre. Ella siempre nos escucha, escucha nuestra oración y nuestra vida.
Comenzamos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
REFLEXIÓN
María Nuestra Buena Madre
es cercana, aunque a veces la alejemos de nosotros.
Es humilde, aunque le pongamos joyas y mantos.
Está con los enfermos y los presos a pesar
de que nosotros los apartemos para curarlos.
¿En qué momentos hemos alejado a María de nuestra vida? ¿En qué momento hemos apartado a aquellos que nos rodean y nos hemos desentendido de ellos?
ORACIÓN
María está siempre cerca de nosotros, cercana como una Buena Madre.
En un momento de silencio vamos a pensar en las personas que tenemos cerca pero que pocas veces entran en nuestra oración.
Pensamos en nuestras madres y padres, en nuestros abuelos, nuestros hermanos, etc…
¿Qué pediríamos a María Buena Madre para cada uno de ellos?
Decimos todos juntos: Dios te Salve María….