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Jueves, 3 de febrero de 2022

CUIDAR A LA NATURALEZA... ¡ES CUIDAR A LAS PERSONAS!

«Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno»

Iniciamos hoy nuestra reflexión/oración: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



REFLEXIÓN:


En el libro del Génesis, también se nos dice que  “el Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y cultivara”. Es Dios mismo quien pone en relación al hombre con el cosmos y le encomienda una tarea.


Los hombres no somos los propietarios absolutos del mundo creado, y no lo podemos explotar o maltratar a nuestro antojo. Hemos recibido una misión, que nos convierte en protagonistas, junto a Dios, del mejor cuidado posible de los recursos naturales, en beneficio de la familia humana, y para la gloria de Dios.

Como toda misión, también ésta comporta una responsabilidad. Nos incorpora a ese designio bueno a favor de nuestros hermanos, especialmente de aquellos que sufren más directamente las injusticias relacionadas con la explotación –muchas veces incontroladas y abusivas—de los recursos naturales.

Nuestra tarea de custodios de la creación no podrá madurar sin el deseo de una conversión de nuestro estilo de vida, en especial para los que vivimos en las sociedades opulentas. 

Veamos el siguiente vídeo:

 

Acabamos nuestra reflexión con el rezo del Gure Aita /Padre nuestro.