ORACIÓN POR LA FALTA DE PAZ
Danos, Señor, la paz – tu paz- de cada día.
La paz de no quedarnos del todo satisfechos;
de no encontrar ahora la meta apetecida,
ni el árbol misterioso de la sombra perenne;
de no beber el agua que nos deja saciados,
ni el vino que nos haga demasiado sabida,
demasiado segura la canción.
Que nunca desemboquen en el mar nuestros ríos;
que nunca encuentren un nido caliente nuestros pájaros;
que nunca nos cansemos de buscar los caminos más nuevo y más largos,
de escalar las montañas, de tocar los abismos.
Que nunca descansemos por tener ya instalado en su sangre
y su ritmo demasiado seguro el corazón.
Rezamos juntos el Padre nuestro / Gure Aita.